LA INFORMACIÓN DIGITAL
El mundo está entran do en la ‘Era Zetabyte’, como pomposamente denomina Cisco al cambio de la unidad de medida desde los exabytes (1018 bytes) hasta el siguiente hito en la escala numérica: el zetabyte (1021). Según el informe que elabora periódicamente el fabricante de infraestructuras de Internet, el tráfico IP alcanzará la cifra de 1 zetabyte en 2015. Para entonces, apostilla IDC, la cantidad de información digitalizada en el mundo llegará a la inabarcable cifra de 7,8 zetabytes, cuatro veces más que la que existe hoy en día: 1,8 zetabytes.
Evidentemente, estas cifras seguidas de infinidad de ceros dice muy poco al usuario final, que ha visto cómo su disco duro crecía desde los megabytes a los gigabytes y alcanzaba los terabytes en apenas una generación. El zetabyte, para entendernos, sería el equivalente a que 1.000 millones de personas enchufaran un disco de un terabyte a Internet, repleta de vídeos, fotos y documentos.
El símil no es exagerado: dentro de cuatro años 3.000 millones de personas estarán conectadas a Internet y los particulares son los creadores del 70% de toda la información que se vuelca a la Red. Más números: la información viene cada vez más de dispositivos ajenos al PC, que en 2010 aportaban el 97% de la información y que en 2015 sólo aportarán el 66%. El resto, de TV, móviles, tablets y módulos M2M
Las Bibliotecas Digitales se han convertido en un símbolo de la Sociedad de la Información y de nuestro tiempo. Son muchas las instituciones públicas y privadas que están digitalizando sus fondos y colecciones, o que están creando servicios Web con sus objetos de información originalmente en formato digital
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en la actualidad, una gran cantidad de instituciones educativas, fundaciones, asociaciones, patronatos, compañías, etc., ponen a disposición del público diversas y amplias fuentes digitales de libre acceso y de interés académico y gratuito. estos recursos requieren de un mínimo control de calidad académica y a esta necesidad, se ha conformado una propuesta de criterios de selección de recursos digitales gratuitos y de libres acceso, útiles y pertinentes para la comunidad académica.
Entre los principales beneficios de esta propuesta destacan:
1. El establecimiento de criterios particulares para recursos específicos.
2 Un mejor aprovechamiento de las fuentes de información de acceso gratuito con las que ya cuenten las instituciones educativas.
Ante el gran número de recursos gratuitos en línea y la constante necesidad de aprovecharlos de mejor manera, nos planteamos dos preguntas: ¿qué hacer? y ¿cómo hacerlo?R=Crear una serie de criterios de selección que permitan formular un conjunto de procedimientos para establecer un método que facilite la selección, evaluación y acceso a los mejores recursos digitales gratuitos de corte académico. Para aplicar estos criterios hemos elaborado un instrumento de evaluación para cada tipo de fuente de información gratuita que con mayor frecuencia se puede encontrar en una biblioteca digital: libros, revistas, bases de datos, sitios de interés y bibliotecas digitales.
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